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No alcanzan los adjetivos. Todos quedarían cortos. Habrá que resumirlo en una sola palabra. En su marca registrada. Maravilla. No sólo su tonelada de goles lo hace maravilloso. También las formas y contextos. Este jueves lo demostró una vez más. El partido se moría. Racing había jugado mal ante Fortaleza y, casi sin patear al arco, apenas se conformaba con un 0-0 que lo dejaba primero pero lejos de los mejores de la Copa. Pero en la última, en el cuarto minuto adicionado, Adrián Martínez peleó y chocó por última vez. Frenó el pelotazo con su cabeza, se acomodó en el aire y sacó una pirueta para rematar junto a un palo. Triunfo. Golazo. Locura. Éxtasis. Con el mejor goleador del continente, todo es posible.

Racing cumplió el primer objetivo de la Libertadores

Los tres puntos para el equipo de Costas, más allá de ya estar clasificado, eran importantes. Lo posicionaba como el tercer mejor primero (sólo por detrás de Palmeiras y Sao Paulo). Este era el gran objetivo de la Academia, porque el premio era tener más chances de cerrar como local a partir de cuartos de final. Enfrentaba estaba un Fortaleza que con el punto se metía sin importar lo que le pasaba a Bucaramanga (terminó perdiendo) y con el triunfo lo sacaba a Racing del primer puesto. Pero esto nunca le interesó al equipo de Vojvoda. Llegaron a Avellaneda con la misión de empatar y estuvieron a un Maravilla de conseguirlo.

Desde muy temprano en la fría noche de Avellaneda, quedó claro cuánto iba a extrañar el equipo de Costas a todo su poderío en ataque. Salvo Maravilla Martínez, los costados del ataque fueron ocupados por la tercera línea. Sin Solari ni Vietto (lesionados) y con Salas semi recuperado en el banco, el pibe Degregorio y Toto Fernández fueron de inicio. A Racing le faltó poder de fuego hasta el último instante. En los primeros 45 apenas amagó de arranque y luego se quedó. No había explosión por las bandas, a pesar de que la más clara del PT fue un zurdazo del propio Degregorio que desde el borde del área chica le salió al cuerpo de Ricardo, el 1 de la visita.

Es sabido que el equipo de Costas es uno de individualidades. Ya desde el año pasado que no se destaca por avanzar tocando con juego corto asociado. Letal en el mano a mano de sus delanteros titulares, no los tuvo y Fortaleza le hizo más fuerza de lo que se podía esperar en la previa.

Pero lo ganó a su modo. Apostando todo al 9 y con un pelotazo. Sin juego ni ideas, el partido pudo haber durado tres minutos. Los finales. De un remate al travesaño de Martirena casi llega el gol de Prior y de ahí el golazo de Maravilla Martínez. La Academia se va de vacaciones con el golazo del 9 en las retinas y con la ilusión de pelear la Copa Libertadores. Con sus goles, todo es posible.